

PATRIMONIO MUNDIAL
El Patrimonio Mundial beneficia a toda la humanidad. Por lo tanto, cuidarlo y respetarlo es obligación y derecho de todos nosotros.
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO
El Patrimonio Mundial lo conforman aquellos bienes o sitios que poseen un Valor Universal
Excepcional, que tienen un significado especial tanto para el bienestar planetario como para la historia de la humanidad. Garantizar su conservación y disfrute es tarea de la UNESCO mediante la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.
En 1972, la Conferencia General de la UNESCO aprobó la Convención del Patrimonio Mundial. A la fecha, 196 países se encuentran adheridos a ella convirtiéndola en uno de los instrumentos legales más importantes para la protección del patrimonio.
México se adhirió a la Convención en 1984 y cuenta con 36 bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, de los cuales 28 son culturales, seis son naturales y dos son mixtos, siendo uno de los países en América Latina con más bienes inscritos en la Lista. Con ello, México se compromete, ante la comunidad internacional, a proteger y valorar el patrimonio cultural y natural mediante su propio marco legal.
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Datos Generales
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Estados: Nayarit, Jalisco, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí
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Área del bien nominado: 135,421 ha
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Área de la zona de amortiguamiento: 513,966 ha
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Área total: 649,387 ha
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Nominación serial nacional
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Criterios de inscripción Patrimonio Mundial: (iii), (vi)
Descripción
El bien nominado consta de 20 componentes en el centro-norte de México, que se extienden de oeste a noreste a lo largo de un corredor de 500 kilómetros que atraviesa los estados de Nayarit, Jalisco, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí. Este corredor biocultural atraviesa tres ecorregiones de relevancia planetaria por su contribución a la biodiversidad.
Desde 1998, CHAC, las autoridades huicholas y el consejo de ancianos de Tuapurie han trabajado arduamente para cumplir con los requisitos técnicos, legales y políticos que exige la Convención. Ello para lograr la inscripción de la Ruta Huichol y los principales sitios sagrados a lo largo de esta a la Lista del Patrimonio Mundial como una meta estratégica para su protección y reconocimiento internacional.
La inscripción de la Ruta Huichol por los Sitios Sagrados a Huiricuta a la Lista del Patrimonio Mundial en julio del 2025 marca un hito en la Convención, siendo el primer bien de América Latina que comprende un paisaje cultural de una tradición indígena viva. Con este logro no solamente se está dando un paso importante en el reconocimiento de los sitios sagrados y la geografía espiritual huixárica, sino que también se está obteniendo la máxima protección legal internacional para salvaguardar los sitios sagrados de huicholes y aquellos compartidos con los coras y tepehuanos.
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Beneficios de la inscripción de la Ruta al Patrimonio Mundial
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Protección legal máxima que se le puede dar a un bien natural y cultural en el derecho internacional.
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Compromiso del Estado Mexicano ante la comunidad mundial a salvaguardar el patrimonio de los paisajes sagrados incluidos a Patrimonio Mundial.
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Conservación de ecosistemas de alta prioridad mundial por sus servicios ambientales.
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Revalorización de los saberes indígenas y su aportación a la diversidad cultural y espiritual de la humanidad.
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Posicionamiento de la Ruta a Huiricuta a nivel internacional para multiplicar alianzas para la conservación del patrimonio y el desarrollo sostenible de los huixáritari y de los habitantes locales.
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Empoderamiento a los huicholes, coras y tepehuanos en la defensa de sus tradiciones y derechos.
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Oportunidad de ampliar la protección de más sitios sagrados a través de una extensión del bien propuesto a Patrimonio Mundial.
"La relación ancestral e indivisible de la cultura huixárica con el territorio se expresa en sus paisajes sagrados."
La vitalidad con la que los huicholes han mantenido su legado mesoamericano es incomparable. Entre estos rasgos mesoamericanos desatacan: la funcionalidad y traza prehispánica de los recintos ceremoniales llamados tuquipa; la estructura de la organización social y política imbricada en los tuquipa; la disposición espacial de la arquitectura vernácula; un sistema agroforestal de milpa altamente diversificado, basado en el periodo anual del maíz, mismo que sustenta a los ciclos rituales; la veneración de los ancestros divinizados en la naturaleza a lo largo de una extensa geografía; una rica tradición oral; las prácticas rituales y las peregrinaciones a través de rutas antiguas de intercambio a los paisajes sagrados. Todo ello constituye un testimonio vivo y excepcional de los modelos culturales milenarios de Mesoamérica.
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